

Donde /
Cerro negro
Horario /
9:00 a 15:00 hrs.
Dificultad /
media
El Cerro Negro, también conocido como El Plomo de San Bernardo, es uno de los cerros isla que aún no se encuentra completamente rodeado por la ciudad, sino por campos de cultivo y pozos de extracción de áridos. El cerro ofrece senderos de mediana intensidad en los que abundan especies nativas, tanto flora como fauna. Su cumbre es un gran mirador desde donde se pueden observar la comuna de San Bernardo, el río Maipo y todos los otros cerros que rodean y acogen la ciudad, como el Quimey, la Cantera, los Morros y el Chena.
Esta no requiere inscripción previa, por lo tanto la actividad es libre y sin guía.
Sin inscripción
¿QUé debo llevar?
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Protección COVID
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Protección solar (gorro, bloqueador)
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2 Litros de agua
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Vestimenta adecuada.
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Snack de marcha
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Bolsas de basura
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Guías de campo de flora y fauna (opcional)
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Bastones (opcional)
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Cámara (opcional)
Información util
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Entrada gratuita
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Sin estacionamientos disponibles
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Recorrer por los senderos habilitados
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Llevarse la basura. No debe quedar rastro.
El Cerro Negro se encuentra en la comuna de San Bernardo, al sur de la ciudad de Santiago.
Emplazado en una zona en su mayoría rural, el cerro aún no ha sido totalmente rodeado por la trama urbana. Actualmente se conserva en su condición natural original y se ha intervenido únicamente con senderos que ascienden hasta su cima. Los faldeos oriente corresponden a terrenos agrícolas y al ex-Vertedero de Lepanto que se ubica a sus pies. Al norte se encuentra el Centro de Régimen Cerrado (CRC) “Tiempo Joven”, centro conductual de jóvenes dependiente del Servicio Nacional de Menores (Sename).
El contexto del Cerro Negro ha sufrido grandes cambios en los últimos años debido al cierre del Vertedero Lepanto el año 2002. Este funcionó por casi 25 años y acumuló durante su vida útil más de 9 millones de toneladas de basura. Los malos olores y el alto flujo de camiones que implicaba el traslado de desechos, provocaron que 3.000 ha rurales potencialmente urbanizables se mantuvieron intocadas durante años. Tras su cierre, las inmobiliarias Aconcagua y Mitsui vieron en el vertedero una oportunidad e invirtieron cerca de U$8 millones para convertirlo en una planta de biogás. Lo cubrieron con membrana plástica y lo rellenaron con tierra. Luego de esta intervención, se han aprobado en el sector decenas de loteos de conjuntos habitacionales de clase media y media alta que se han extendido hasta el borde poniente del cerro.